𝕯𝖔𝖒𝖎𝖓𝖌𝖔
Era domingo por la tarde El cielo se había tornado grisáceo Frío y lúgubre. Cualquiera pensará que era una melancólica tarde de octubre con el otoño En todo su esplendor. Pero estabamos en Mayo y era el turno de la primavera. No obstante esa tarde era todo lo contrario El viento silvaba con fuerza en la ventanas de mi habitación. El viento quería hablar, susurraba palabras que apenas Podía entender. Al parecer el viento quería advertirme que algo andaba mal.